¿Cómo afecta el cambio horario a las personas trabajadoras?
¿Cómo afecta el cambio de hora a nuestra salud?
La madrugada del domingo 27 de octubre, a las 3:00, los relojes se retrasarán una hora, pasando a ser las 2:00 para dar inicio al horario de invierno. Desde salud laboral de la Federación Estatal de Servicios USO, reflexionamos sobre cómo este cambio de horario puede impactar nuestra salud, un debate que surge cada año desde que se instauró esta práctica para ahorrar energía.
Cambios en el reloj biológico
El cambio entre el horario de verano y el horario de invierno puede afectar considerablemente la salud y el bienestar de las personas trabajadoras. Esta práctica, que se implementó originalmente para optimizar el uso de la luz solar en diferentes épocas del año, puede alterar los ritmos biológicos naturales del cuerpo humano, provocando varios efectos adversos.
¿Qué consecuencias tiene el cambio de hora para la salud?
En términos generales, el cambio de hora no debería acarrear mayores consecuencias para nuestra salud, ya que nuestros organismos tienen la capacidad de adaptarse en un periodo de pocos días a un cambio que, en sí, es mínimo. Sin embargo, el retraso de una hora puede provocar que anochezca más temprano, lo que significa que el cuerpo comenzará a segregar melatonina, la hormona que facilita el sueño, antes de lo habitual. Esto provoca que se sienta más sueño durante momentos en que aún se está activo, aumentando la sensación de cansancio.
Incidencia en la salud de las personas trabajadoras
El cambio de hora puede tener un impacto notorio en la salud de las personas trabajadoras, ya que modifica el descanso y los biorritmos durante, al menos, tres días. Entre sus consecuencias se encuentran:
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- Alteración del sueño: menos horas de sueño y peor descanso, lo que incrementa el riesgo de accidentes debido a reflejos disminuidos y menor capacidad de reacción.
- Cambios en el estado de ánimo: se puede experimentar un mayor malestar emocional.
- Peor rendimiento físico: aumento de la sensación de cansancio.
- Peor rendimiento intelectual: dificultad para concentrarse.
Pautas para adaptarnos al cambio de hora
Desde USO, recomendamos seguir algunas pautas para facilitar la adaptación al cambio de hora y minimizar sus efectos negativos:
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- Ajustar el horario progresivamente: no cambiar bruscamente la hora de acostarse, sino retrasándola quince minutos cada día y levantándose un poco más tarde. Si se hace de forma gradual a lo largo de una semana, el cambio será casi imperceptible.
- Evitar siestas excesivas: no compensar la falta de sueño con siestas, especialmente si no es un hábito habitual, ya que esto puede alterar aún más el reloj interno.
- Buscar luz solar: a medida que se acerca el invierno, disminuyen las horas de luz solar. Es importante aprovechar los momentos de luz natural, como dar paseos al sol cuando se tenga oportunidad.
- Realizar ejercicio físico: mantenerse activo ayuda a activar el cuerpo. Aunque pueda parecer contradictorio, el ejercicio físico proporciona energía para llegar en mejores condiciones al final del día.
Desde USO Servicios os damos estas recomendaciones para que la adaptación sea más sencilla para nuestra salud y bienestar.