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El objetivo de la OIT es mejorar la seguridad y la salud en el trabajo

El objetivo de la OIT es mejorar la seguridad y la salud en el trabajo

La Organización Internacional del Trabajo inicia la segunda fase de su Estrategia sobre Seguridad y Salud en el Trabajo para mejorar las condiciones laborales
La OIT ha iniciado la segunda fase de su Estrategia sobre Seguridad y Salud en el Trabajo (SST) para aplicar, preferentemente, en países en desarrollo.

El Programa Seguridad + Salud para Todos de la OIT se centrará en crear bases de datos; marcos jurídicos y políticos nacionales sólidos; reforzar la capacidad de las organizaciones relacionadas con la SST y aumentar la concienciación y la prevención en los países incluidos.

USO acoge con satisfacción este programa y lo considera un avance en materia de vigilancia e implantación de políticas de salud laboral a nivel mundial. Asimismo, USO demanda la aprobación de una ley de debida diligencia para que las multinacionales asuman su responsabilidad y respeten los derechos laborales en toda la cadena de suministros.

Programa Seguridad + Salud para Todos de la OIT
El programa de la OIT se basa en los éxitos de su primera fase (2016-2020) como se detalla en su Informe de ejecución. El documento destaca algunos logros clave que la segunda fase reforzará, como son:

El desarrollo de productos de investigación.
Las mejoras continuas de los marcos de seguridad y salud en el trabajo en los países participantes.
El desarrollo de capacidades de las organizaciones relacionadas con la SST, incluidas las organizaciones patronales y sociales.
La implantación de intervenciones específicas en el lugar de trabajo.
El desarrollo de actividades de comunicación a más largo plazo.
Las condiciones de trabajo inseguras e insalubres en las cadenas mundiales de abastecimiento suelen ser el resultado de una combinación de causas subyacentes. Algunas de ellas son las lagunas en la gobernanza, un marco legislativo deficiente, conocimientos y recursos insuficientes y prácticas empresariales insostenibles.

El conjunto de criterios que se van a utilizar para seleccionar a los países participantes son:

Prioridad a las economías en desarrollo y a los países menos adelantados.
Los gobiernos nacionales y las organizaciones patronales y sociales deben haber expresado su compromiso de promover la SST en el país.
La SST debe haberse identificado como una prioridad en el Programa de Trabajo Decente por País (PTDP), así como en documentos de política de la OIT y/o nacionales.
El país propuesto como destinatario de la intervención debe ofrecer la posibilidad de establecer vínculos con otras iniciativas de desarrollo, maximizando con ello los recursos.
Se evalúan la situación de seguridad, la estabilidad política y otros factores externos para reducir al mínimo los riesgos.
El Programa dará prioridad a las intervenciones en las que es probable que la magnitud o distribución de los beneficios o efectos sea alta y sea más factible.

Las oficinas de la OIT proporcionarán orientación y apoyo a las intervenciones específicas. Los especialistas del Equipo de Trabajo Decente de la OIT en todas las regiones, en particular los especialistas en SST y en Administración e Inspección del Trabajo, aportarán sus conocimientos técnicos.

Seguridad y Salud en el Trabajo y debida diligencia para las empresas
USO acoge con satisfacción la segunda fase de este proyecto de la OIT por la seguridad y la salud en el trabajo, esperando que sirva para visualizar y concienciar en todo el mundo a los agentes que participan en los procesos productivos sobre las enfermedades de origen laboral, para prevenirlas, así como sobre los accidentes de trabajo.

La deslocalización de multinacionales hacia países en desarrollo con gobiernos que no respetan los derechos humanos ni los mínimos derechos laborales, ha supuesto un ahorro para las empresas en costes de inversión en la protección de salud de sus plantillas.

El caso más paradigmático por la gravedad de sus consecuencias fue el que tuvo lugar en 2013 y en el que murieron 1.134 personas tras el derrumbe de un complejo de fábricas textiles (Rana Plaza). Allí trabajaban miles de personas fabricando ropa para grandes multinacionales, entre ellas, algunas españolas. Años después, los accidentes se siguen sucediendo en las fábricas textiles de países como Marruecos o Egipto.

De esta forma, en este tipo de países se deben articular sistemas de protección social. Y deben dirigirse tanto a las familias de las víctimas como hacia las personas que han quedado con secuelas y no pueden seguir desarrollando su trabajo en el sector textil.

El desarrollo de programas de seguridad y salud en el trabajo por parte de la OIT supone un avance en materia de vigilancia e implantación de políticas de salud laboral. Se ha de tener en cuenta un aspecto importante: el despliegue técnico para el control y el seguimiento debe ir acompañado de medidas coercitivas, en caso de incumplimiento, en el ámbito de la creación de marcos jurídicos nacionales, en los que la libertad sindical juegue un papel fundamental.

A este respecto, USO también aboga por la aprobación de una ley de debida diligencia con el fin de garantizar los derechos laborales, entre otros, en todas las cadenas de suministros de estos países donde no se ha desarrollado una necesaria normativa preventiva. Esta ley debe contener un sistema disuasorio de infracciones y sanciones para el caso de incumplimiento total o parcial. De este modo, se actuará para que las empresas multinacionales asuman su responsabilidad en caso de vulneración de la normativa.

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